A través de los diferentes artículos que hemos venido publicando en este blog, siempre repasamos conceptos claves relacionados con las técnicas de oratoria. Nuestros Talleres de Oratoria Profesional, se afianzan en mucho de lo expresado en este espacio. Para Hablar claro y sin miedo, hay que conocer el arte de la persuasión.
Tal vez por ello, siempre volvemos a insistir que la oratoria es, definitivamente, el arte de la comunicación clara y objetiva con el público, juntando el lenguaje verbal y el corporal. Sabemos que los grandes oradores de nuestra historia, fueron admirados por su gran poder persuasivo y su extraordinaria elocuencia para defender sus ideas.
De alguna manera, hemos tenido la oportunidad de escuchar un discurso que logró impactarnos, aunque hubiese sido muy breve y captó nuestra atención plena. Al recordar estos eventos, solemos atribuir la capacidad de oratoria del exponente a algún tipo de don natural. No obstante y si bien es importante, el talento puro no es el único elemento determinante para el éxito de hablar en público.
Grandes Oradores De La Historia
Cuando observamos el despliegue de importantes oradores de la historia, presenciamos, asimismo, diferentes técnicas que se pueden aplicar a cualquier tipo de discurso. Steve Jobs y Martin Luther King, por ejemplo, aunque se movieron en contextos absolutamente distintos, suelen ser recordados por su enorme capacidad persuasiva. Los dos tienen en común el hecho de que siempre se entrenaban y preparaban muy profesionalmente.
Desde este punto de vista, resulta pertinente hacernos una pregunta fundamental. ¿Por qué no terminamos de considerar la oratoria como una habilidad que puede entrenarse en vez de limitarla a la categoría de talento natural? Partiendo de esta percepción, me gustaría mostrar algunos obstáculos que se pueden enfrentar a este respecto, con la finalidad de poder mejorar el desempeño oratorio cuando sea necesario hablar en público.
Una Definición Que Es Siempre Oportuno Repasar
La oratoria, vista de una forma sencilla y puntual, se puede definir como el arte de la comunicación clara y objetiva con el público. No obstante, como con todo lo que involucra a una audiencia, esta definición puede cambiar agregando principios tales como la elocuencia, la capacidad para lidiar con objeciones e incluso, la interacción con los espectadores. Es un criterio equivocado creer que todo esto lo puede lograr una persona únicamente con una buena comunicación verbal.
Pienso que un buen orador, tiene que trabajar con un lenguaje corporal adecuado para el público y, por supuesto, al lado de la idea que quiere transmitir. Es capital poseer, como principio clave, un mensaje muy bien estructurado para no permitir que la audiencia pierda su atención o perciba una información que resulta distinta de lo que el orador persigue o pretende.
Resistencias Y Obstáculos Que Aparecen Frente Al Público
Tal y como he señalado al inicio de este artículo, no resulta fidedigna la idea de que la oratoria solo puede ser un hecho real y claro si la persona posee este don natural. El carisma no lo es todo.
De hecho, aquellos que han tenido que experimentar sus vidas con el temor de expresar ideas en público, tienen la posibilidad de dominar totalmente esta habilidad de comunicación. Voy a dar algunos ejemplos de los obstáculos que se pueden vencer.
Ponerse Nervioso Nos Paraliza
El nerviosismo tiende a ser el principal obstáculo al que se enfrentan los oradores, particularmente aquellos que están comenzando o no tienen la experiencia suficiente para sentirse seguros. Es imposible no recordar aquellos terribles nervios que nos acosaban cuando éramos niños y teníamos que hacer una presentación escolar. Es un miedo atávico (ancestral).
Hay que admitir que sentirse nervioso antes de un evento importante, resulta un hecho muy natural y esta aceptación significa el primer paso para controlar el miedo. Interrogarse de dónde viene ese sentimiento. Los mismos pueden ser pensamientos negativos, creencias limitantes, fobias, falta de preparación o incluso un malestar físico. Identificar la causa, permite que sea más simple trabajar en la resolución.
Dificultades Con La Dicción. ¿Se Nos Traba La Lengua O Se Nos Lengua La Traba?
En tal sentido, hay que entender que la dicción se refiere a la forma en que pronunciamos los sonidos, las sílabas, las letras y las palabras. Hay personas que tienen una dicción espantosa. Nunca se les entiende nada. Este factor es clave para conquistar una buena oratoria, porque si la misma está mal trabajada, obviamente dificulta la comprensión del público.
Es evidente que un orador que hable excesivamente rápido o se coma las palabras, atropellando el discurso, pierde rápidamente la atención de la audiencia. Lo mismo que en el problema anterior, identificar la causa es vital. Orígenes probables: una respiración desordenada, falta de conocimiento verbal o incluso falta de calentamiento de los músculos faciales.
El Miedo Nos Consume Y Paraliza
Es lógico pensar que el miedo a hablar en público sea algo muy común, pues este hecho se refiere a nuestra búsqueda casi irracional de aceptación. Cuanto mayor sea la audiencia, más difícil será que todos nos acepten.
Esto, al parecer, es lo que nos dicta nuestro subconsciente. Una excelente manera de superar esta timidez, es ahondar en el conocimiento del público. Es muy normal que lo desconocido siempre produzca mucho miedo.
Técnicas Para Mejorar Tu Oratoria
Voy a exponer site consejos valiosos para generar y perfeccionar esta habilidad.
1. Trata de conocer la audiencia
Tener un exacto conocimiento de la audiencia es la forma más eficiente de mejorar el nerviosismo experimentado antes y durante una actuación pública. Entender las características de los oyentes, ayuda en efecto a estructurar y planificar el mensaje que se quiere transmitir.
2. Trabaja la interacción con los oyentes
Probablemente muchas veces hemos asistido a una clase o conferencia en la cual el orador habló durante horas, produciendo la fea impresión de no preocuparse por la audiencia. Esto hay que evitarlo.
Conectarse con la audiencia no implica necesariamente que se deba otorgar espacio a las preguntas del público desde el comienzo de la presentación.
Una técnica sencilla como es establecer contacto visual, resulta necesaria para incitar la conexión, la empatía y el compromiso de la audiencia.
Es esencial saber que el contacto visual debe establecerse de una manera articulada y entrenada. La simple mera improvisación pudiera conducir a situaciones incómodas, tales como mirar demasiado tiempo a una persona o a un lado del auditorio.
Se trata, desde luego, de recorrer la audiencia con la mirada –barrerla- para que todos se sientan dignos de atención. Al término de la exposición, hay que abrir un espacio para preguntas y comentarios del público.
3. Los recursos audiovisuales son imprescindibles
En estos tiempos, las herramientas tecnológicas digitales a las que tenemos acceso, facilitan, de muchos modos, los procesos comunicativos.
La utilización de videos, gráficos, audios e imágenes pueden servir como un soporte perfecto para estructurar las ideas que el orador quiere transmitir. Al mismo tiempo, proporcionan a los oyentes ejemplos e ilustraciones de lo que el orador está expresando en tiempo real.
Manejar todos estos elementos, permite al orador una mayor seguridad. En situaciones de olvido, una mirada al recurso audiovisual puede ser suficiente para refrescar la memoria y continuar avanzando en la exposición.
4. Cuidar el lenguaje y sus vicios
Solemos denominar vicios del lenguaje a las expresiones, casi siempre involuntarias, que aparecen entre las frases, con el objetivo inconsciente de llenar el silencio. Muchas pausas que se hacen en los procesos de pensamiento y comunicación, están llenas de ciertas interjecciones innecesarias que denotan inseguridad.
5. El storytelling es un recurso genial
Si, como inferimos, que la finalidad principal de la oratoria es involucrar al público en el tema que se aborda, pues nada mejor para esto que aplicar técnicas de storytelling. Estas técnicas constituyen un cambio en el enfoque sobre el contenido, dándole así un clima diferente, propio de cuando una historia es contada. Esto permite una conexión más fuerte con la audiencia, la cual a su vez tiene una mayor capacidad para asimilar y recordar el discurso.
Si deseamos que lo que se dice sea realmente efectivo, el Storytelling nos recuerda que es preciso crear un escenario que muestre las inquietudes y preocupaciones de los oyentes, luego se presenten los conflictos y por último sus soluciones. Este mecanismo es, sin duda, una excelente forma de hacer que la audiencia se vea a sí misma en las palabras del orador, creando, de esta forma, una conexión emocional con el mensaje.
6. Háblate a ti, primero que nada
Debes ser tu mismo el primer oyente. Aprende a mejorar tu oratoria intrapersonal. Solo cuando logres convencerte podrás convencer realmente al resto. Aquí juega tu supraconsciente, ubicándote en tiempo, espacio y contexto permitiéndote detectar como juega también tu subconsciente. Cada uno tiene su propio estilo y tanto en el curso profesional de Oratoria Supraconsciente como más específicamente en la modalidad de sesión personalizada podrás ampliar tu visión sobre la temática.
7. Pon el eje en creencias potenciadoras.
Nada peor que frases como ¨…Nunca lo lograré …no creo poder hacerlo…¨, para que realmente anules toda posibilidad de llevar adelante un discurso con éxito. ¡¡¡Fomenta y Grábate frases potenciadoras, positivas y motivadoras … disfruto dando discursos…, cuando subo al escenario todo se me presenta en forma clara y con las palabras justas para cada público!!!.