Origen De La Oratoria Contada En Pocas Palabras

La oratoria vista con fines políticos y para alcanzar prestigio se originó en Grecia. Para exaltar su función, Sócrates fundaría una escuela de oratoria, situada en Atenas. En este lugar se concibió al orador como el individuo erudito y con altos ideales que garantizarían el progreso del estado. Y a partir de ese momento el origen de la oratoria dio la posibilidad de vincularla con el concepto de liderazgo.

Desde sus inicios, la oratoria se vislumbra como el arte de hablar. Porque el orador una vez que se enfrentaba ante un auditorio, podía a la vez agradarlo y convencerlo sobre lo que exponía.  Pero no todos tenían la capacidad de ser un orador; el virtuoso de este arte para cumplir su objetivo debía dominar la disciplina de la retórica. Y con ella la interrelación entre oratoria y liderazgo para lograr la empatía con los oyentes.

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Las disciplinas en la Antigüedad clásica griega fueron llamadas artes liberales que correspondían a individuos libres, entre ellas sobresalen la dialéctica, gramática, aritmética, geometría, astronomía y música. Luego la retórica vino a formar parte de esta lista gracias a Posidonio de Rodas quien la incluyó. 

Origen De La Oratoria Y Su Complemento La Retórica

Cabe destacar, que la retórica no se vincula con el significado de oratoria, aunque tienden a confundirse. Para establecer una diferencia es necesario tener presente que la retórica es la disciplina que estudia las reglas del lenguaje para producir textos (orales o escritos) bien construidos. Y, por otro lado, la oratoria es la utilización de la retórica y su puesta en práctica en entornos orales con el fin de persuadir y brindarle gozo a un auditorio

Falta aquí una pieza que es la elocuencia, elemento clave cuando se habla de las características de la oratoria. La elocuencia tiene que ver con la forma y estilo de presentar el discurso capaz de cautivar a la audiencia. Diríamos que la retorica es lo aprendido y la elocuencia lo innato. En la elocuencia juega más el lenguaje no verbal. Hoy en día ambas se pueden aprender en los cursos de oratoria online que puedes ver en Delossantos Oratoria.

En la Grecia antigua existía un engranaje muy bien articulado entre retórica y oratoria, por demás está decir que estaban totalmente relacionadas y hasta era difícil distinguir una de la otra. 

En esa época, la oratoria era un peldaño para alcanzar el tan anhelado poder político. Por ello, un grupo no modesto de hombres libres aspiraban a dominarla. Uno de los personajes que resaltó y se ganó un sitial de honor en el arte de la oratoria fue el político ateniense Demóstenes, nacido en Atenas, en el año 384 a. C. que, durante un tiempo, fungió como escritor profesional de discursos judiciales.

Logógrafos: Escritores De Discursos

La oratoria al convertirse en un vínculo entre el poder, la relación directa con un auditorio y el reconocimiento de un discurso se convirtió en una verdadera necesidad. Ante este requerimiento social surgió un nuevo profesional de la oratoria, los logógrafos

Este título, en la Antigua Atenas, se destinaba a los escritores que cobraban por preparar discursos para que otros oradores los expusieran. En el origen de la oratoria los logógrafos buscaban el empuje de la argumentación en sus discursos, la naturalidad de sus locuciones, así como el ajuste estilístico, es decir procuraban que el estilo se relacionara con la personalidad y situación social de quien lo iba a pronunciar. El más famoso de estos logógrafos en la Antigüedad fue Lisias (459-380 a. C.). 

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Los sofistas como los llamaba Sócrates, enemigo declarado de estos escritores, eran personajes que andaban de un sitio a otro, estaban vinculados a la política y cobraban por sus enseñanzas. Sabían o simulaban saber cualquier disciplina o arte. Según Sócrates, “los sofistas no amaban la verdad porque esta reviste de autoridad sino la apariencia de saber”.

Protágoras y Gorgias fueron los sofistas más relevantes de su época. Platón como discípulo de Sócrates adquirió el odio por los sofistas y se enfrentó con ambos. Por otro lado, Aristóteles recogió sus enseñanzas y con sus aportes escribió Retórica, un libro que sigue siendo reconocido.

Auge Y Caída De La Oratoria En Este Periodo Histórico

Al pasar el tiempo y cuando las conquistas de los siglos III y II a.C. permitieron a los romanos estar al tanto de la cultura griega, la retórica fue admirada por la nobleza filohelena, amante de la cultura griega. 

Estas familias no tenían censuras en que sus hijos obtuvieran educación por parte de maestros griegos aunque fuesen prisioneros. Sin embargo, existieron sectores que preferían mantenerse apartados del estilo de vida griega. A pesar de la resistencia conservadora, el modo heleno se impuso.

En ese entonces, Cicerón fue quien perfeccionó la oratoria en la República Romana, escribiendo discursos que podemos leer casi por completo en la actualidad. De oratore es su escrito más famoso.

De igual manera, hay que resaltar a Marco Fabio Quintiliano, creador de doce libros de su Instituto de Oratoria donde expone con excelencia la teoría del género.

Sin embargo, fue en el Imperio Romano donde ocurre el declive de la oratoria. Este hecho se originó porque los conservadores la consideraron un instrumento a favor de la manipulación, por lo que era nocivo para el Imperio. 

Tiempo después que se produjo la expulsión de los maestros griegos (161 a.C.), y de los romanos (92a.C.). Los diestros de la retórica volvieron a Roma, y este arte acabó por formar parte de los estudios de los jóvenes de la nobleza, para la carrera política o de abogacía.

Por otro lado, se arguye que su caída ocurrió en la última etapa del imperio romano, ya que no tenía utilidad en el campo de la política. Este entorno estaba dominado por el emperador hasta que el imperio cayó en el siglo VI d.C. Para luego resurgir en el campo de la poesía y la literatura de la edad media.

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