El Arte De La Oratoria:Un Mundo Que Asegura El Éxito

Una de las artes más valoradas y como tal muy practicada desde la época de la Grecia clásica es la oratoria. En aquel entonces era imprescindible para los filósofos convencer a sus oyentes, de allí que destacarse en su uso era de primordial relevancia. A estos conocedores del arte de la oratoria se les conocen como oradores, con la facultad, sea innata o estudiada, de hablar en público de manera eficaz.

Esta acción se reconoce cuando el orador se comunica a través de charlas, conferencias o disertaciones relacionadas con algún tema que domina, sin olvidar que es necesario pronunciar un discurso bien estructurado y coherente según lo que necesita expresar. Entonces, básicamente, el orador es aquel individuo que habla ante una gran audiencia.

Realidades En Torno Al Arte De La Oratoria

Ahora bien, es necesario destacar que no cualquier persona puede asumir el papel de orador dado que es necesario la disposición de ciertas competencias y escenarios para hacerlo.

Es una situación ineludible que el orador domine el arte de la oratoria. Porque justamente de eso se trata, desarrollar y dominar ciertas técnicas de oratoria como sus estrategias para hablar de una manera eficaz y atrayente que encante y emocione a los oyentes. Como bien se ha señalado con anterioridad, La idea es persuadir al público para que hagan lo que se les propone o sigan alguna acción.

Sin embargo, ese paso no es tan sencillo porque es de suma importancia conseguir el favor del público, y a su vez que sea aceptado consiguiendo respeto y admiración por parte de la audiencia.

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De allí que el orador debe cumplir con ciertas particularidades que ayudan a establecer la interrelación. Una de ellas puede partir desde la buena apariencia física, resaltando el cuidado personal como en su vestimenta, una actitud positiva donde prevalezca la creatividad, la empatía y sensibilidad, y por supuesto que cuente con una dicción clara y fluidez de palabras.

Por eso, hablar resulta muy sencillo para muchos, sin embargo el verdadero desafío es hacerlo con éxito, para ello se requiere de práctica y técnicas como consejos profesionales.

Hablar En Público: Consejos Que Te Aseguran El Éxito

Como ya se mencionó, hablar en público no es una actividad fácil de afrontar, sobre todo porque a muchos se les presenta un motivo recurrente que es el miedo, sentimiento que no hay que menospreciarlo.

Muchos, a lo largo de la vida, han acumulado experiencias que desmotivan hablar en cualquier intervención pública, ya que recuerdan lo difícil que es pararse frente a las personas y expresar nuestras ideas y argumentos.

Estos recuerdos poco agradables al momento de hablar en público genera que ciertos individuos vean este arte como una barrera infranqueable, capaz de desatar temores, creando desconfianza en sí mismo al punto de llegar al pánico escénico.

Pero es importante entender que hablarles con profesionalidad a un grupo de personas es un acto para lo que uno no nace preparado, y es normal tener inseguridades y estar nervioso. Así que no todo está perdido y  hay formas de superar estos temores. Con preparación y conociendo ciertos consejos, podemos dejar atrás la preocupación y afrontar el desafío.

Antes de enfrentarnos al público hay varias cosas que podemos hacer y una de ellas es reconocer que los nervios están allí, que no se pueden disfrazar pero si transformarlos en un sentimiento que genere entusiasmo y le dé al ambiente una energía positiva. Recuerda que si todas estas técnicas no dan resultado sobre tus miedos es que tu caso esta para que hagas la Orientación Personalizada que podrás solicitar en Delossantos Oratoria.

Hablar en público eficazmente

Partiendo del reconocimiento de las limitaciones que se tienen para hablar en público de manera eficaz, es necesario conocer ciertas pautas para enfrentarse al hecho conscientemente. Un buen comienzo antes de cualquier exposición es tener un buen discurso con un mensaje claro, con estructura y objetivos definidos para evitar que nuestra participación tome caminos innecesarios y que la duda aumente nuestro temor a exponer.

Por lo tanto, organizar el discurso permite que el público pueda reconocer e involucrarse fácilmente con la información que se desee compartir y de esta forma crear expectativas en la audiencia, logrando persuadir al oyente.

Para llegar a esa dinámica y dominar cada punto de la exposición, una vez organizada, es ineludible el hecho de practicar. Al realizarlopuedes visualizar e identificar los puntos complicados, álgidos. Y una idea que realmente ayuda es asistir a charlas, conferencias y ver como otros oradores desarrolla y dan rienda suelta a sus técnicas.

De igual manera te servirá realizar el Curso on line de Oratoria Supraconsciente donde conocerás estrategias para que realices presentaciones extraordinarias, donde conseguirás la más apropiada interrelación con tus oyentes.

Una vez que logres practicar y conseguir la ambientación que requieras, evidentemente, se podrá demostrar dominio en el tema.  Este punto tiene gran relevancia porque allí está la base de la presentación, ya que al sentirse mucho más seguro comunicando los propios pensamientos atraerás la atención del público, una vez que estos perciban que estás implicado verdaderamente con el tema.

El Tono De Voz: Recurso Ineludible

Una vez que se está seguro de qué y cómo se va hablar, podrás arrancar de forma entusiasta y con buena energía. Esta estrategiaes ideal cuando se emprende una exposición, ya que en este momento debes procurar captar la atención del público mediante afirmaciones que estén directamente relacionadas con el auditorio.

Para ello, uno de los recursos es encontrar un tono de voz que sea cómodo para entablar una conversación. Aunque, en instantes cruciales del discurso, se puede utilizar un tono profundo, imponente o hasta suave y emotivo. Lo fundamental es que cada persona logre sentirse cómoda con el tono de su voz, para no cansarse y asegurar que podrá mantenerse hablando toda la velada.

Esta dinámica permitirá crear un discurso con ritmo evitando las exposiciones donde el orador se cansa y a los oyentes les termina por resultar una experiencia fastidiosa y puedan llegar a manifestar su decepción, poniendo a su vez  más nervioso al orador. Círculo vicioso que no pretendemos se nos de.

Entonces, no olvides que una vez que te sientas seguro de lo que hablarás, podrás alcanzar la emoción que quieras que manifieste el público. Lo primero al presentarte será mantener una actitud dinámica. Lo consigues variando el tono, la intensidad de la voz y haciendo el mayor uso posible de tus manos para transmitir la información.

Pero ahora debes ir más allá del discurso y darle importancia al lenguaje corporal, que es tan importante como el hablado, así podrás resaltar tu personalidad y entusiasmo.

Para que tu exposición llegue a impactar al público, ellos tienen que sentir que tú crees en lo que estás diciendo. Si te muestras vacilante o dubitativo, entonces el público también dudará.

Sabemos que tenemos limitaciones con las que convivimos, sin embargo lo importante es conocer cómo transformarlas en oportunidades positivas. Y si ocurren equivocaciones debes aprender de ellos.

El Error A Tu Favor

Estas equivocaciones, errores, infortunios puede ocurrir en cualquier presentación de un discurso, así que prepárate para ello.Cualquier elemento distractor, falla en las herramientas audiovisuales, participación del público cuando no debe, pueden ser momentos intimidantes, de allí que es importante prepararse si ocurriera ese momento.

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Para estos instantes incómodos debes tener una salida preparada, como una anécdota, un cuento, una historia cómica que no solo te permita tomar las riendas de la situación, y que, además, proyecte la sensación de que llevas el control.

Asimismo, una alternativa que es muy útil es utilizar herramientas audiovisuales. Con este recurso atraes la atención a las imágenes que sustentan los contenidos de tu exposición y haces la exposición más amena para el espectador, desviando, de manera temporal, la atención de tu persona.

Pero no te escondas detrás del recurso o leas todo lo que en ellas hay, aunque son un buen soporte para hablar en público, no olvides que el expositor es quien va a comunicar el tema. No se debe permitir que la exposición se vea opacada por estar leyendo todo cuanto vas a decir, por lo tanto usar la herramienta con moderación es signo que controlas tu entorno.

El Silencio También Paraliza

En este mismo orden, también puede ocurrir un momento de silencio que puede paralizar por las interrogantes que esto conlleva, no te asustes si ocurre. Y como puede resultar inquietante quedarte en blanco, tener un problema técnico, olvidar una parte de tu discurso o enfrentar a un público indiferente es importante aprender a lidiar con el silencio.

Sin embargo, el silencio visto en las pausas que hagas dentro de tu discurso son fundamentales para permitir a los oyentes seguirte el paso, comprender mejor y también para comunicar las ideas en las que quieres centrarte. A veces una pausa puede generar expectación en los oyentes, y así captas su atención.

En otro orden de ideas o consejos, un error que muchos oradores comenten es que no piensan en el público y solo se centran en el discurso. Con mucha frecuencia se prepara la exposición pensando en lo que el orador quiere escuchar, pero ¿será lo que realmente quiere escuchar el auditorio? La idea es engranar lo que se quiere decir y lo que el público espera escuchar. 

De allí la importancia de conocer el auditorio, sus expectativas, deseos, conocimientos. Procurar conocer ¿Quiénes son?¿Qué esperan de ti? ¿Cuál es el tema que quieres exponer? ¿Cuál es el tema que desean escuchar?

Hay muchas más técnicas que compartir, pero con las mencionadas y con la práctica enfrentarse a una audiencia sin sucumbir al sobresalto está al alcance de todos. Pero más allá de toda esta práctica  está la ya mencionada Orientación Personalizada en DelosSantos Oratoria.

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